Varios bosques de pinares rodean la ciudad de Erlangen. En verano y sobre todo en primavera, son un lugar maravilloso para pasear. En invierno, también. Sin embargo, cuando cae el atardecer y con las ramas semidesnudas repletas de nieve, estos bosques se me antojan algo tétricos.
En uno de estos bosques, he encontrado un aserradero donde se pueden contemplar los troncos perfectamente cortados y apilados creando el orden dentro del desorden que supone que ningún tronco sea igual a su vecino.
Creí estar solo en aquella zona aquella tarde; sin embargo y muy al final del camino, una sombra emergió...
Un abrazo!
En uno de estos bosques, he encontrado un aserradero donde se pueden contemplar los troncos perfectamente cortados y apilados creando el orden dentro del desorden que supone que ningún tronco sea igual a su vecino.
Creí estar solo en aquella zona aquella tarde; sin embargo y muy al final del camino, una sombra emergió...
Un abrazo!